La grandeza es para todos

(Imagen de tugrandeza.com)

No hace falta ser famoso para ser grande. Tampoco hace falta jugar un campeonato del mundo y ser el mejor pagado en nuestra profesión.

Para ser grandes, tenemos que pensar que lo somos, y no dejar nunca de intentar ser los mejores en lo nuestro, sea un trabajo, un deporte, o la liga de futbolín que jugamos los sábados por la noche. Cuando Usain Bolt bate un record del mundo, la gente aplaude, pero pocos piensan en lo que le ha costado llegar a ser grande. Pocos se dan cuenta de los años que se habrá pasado corriendo y mejorando su técnica o de las horas trabajadas en el gimnasio. Cada vez que Michael Jordan hacía un mate todos veíamos el resultado de años y años de sufrimiento en el parqué, de errores y aciertos, de perder y ganar, de pasión. Eso es ser un grande.

Y nosotros podemos serlo igual. Conozco a gente de mi edad que es muy grande. Jugadores y jugadoras de varios equipos que cada fin de semana salen al campo a darlo todo. Nunca llegarán a la selección absoluta, nunca saldrán en los periódicos, y seguramente nunca les reconozcan por la calle (y ellos lo saben), pero no por ello dejan de ser increíbles, por eso se merecen todo mi respeto y admiración. Buscad la grandeza en todo lo que hagáis, salid a darlo todo!

 

Adiós a los JJOO

Las medallas de londres (imagen de globedia.com)

Cuando intenta quedarse con una imagen de unos JJOO, uno se da cuenta enseguida de que la elección será injusta. Sencillamente, son tantas las cosas por recordar que nunca se puede estar seguro de tomar la decisión correcta.

Usain Bolt y Michael Phelps nos dejan grandes imágenes para el recuerdo. Bolt ya es una leyenda, como él mismo dice. Phelps ya llegaba siendo una leyenda y solo lo ha confirmado con su actuación.

Mención aparte merece la selección española de fútbol, que dejó la peor imagen española en los JJOO. La falsa sensación de que el equipo olímpico era campeón de Europa nos pasó factura desde el principio. Unos jugadores jóvenes fueron cargados con toda la presión para ganar. Pero no tienen la experiencia de Xavi, Casillas, Iniesta…y se hundieron. Prefiero olvidar las imágenes de protestas al árbitro, donde más que un equipo olímpico parecían un grupo de chavales (que en parte lo son) a punto de darle una paliza al que les había quitado el bocadillo en el recreo, el árbitro. Sigue leyendo