No hace falta ser famoso para ser grande. Tampoco hace falta jugar un campeonato del mundo y ser el mejor pagado en nuestra profesión.
Para ser grandes, tenemos que pensar que lo somos, y no dejar nunca de intentar ser los mejores en lo nuestro, sea un trabajo, un deporte, o la liga de futbolín que jugamos los sábados por la noche. Cuando Usain Bolt bate un record del mundo, la gente aplaude, pero pocos piensan en lo que le ha costado llegar a ser grande. Pocos se dan cuenta de los años que se habrá pasado corriendo y mejorando su técnica o de las horas trabajadas en el gimnasio. Cada vez que Michael Jordan hacía un mate todos veíamos el resultado de años y años de sufrimiento en el parqué, de errores y aciertos, de perder y ganar, de pasión. Eso es ser un grande.
Y nosotros podemos serlo igual. Conozco a gente de mi edad que es muy grande. Jugadores y jugadoras de varios equipos que cada fin de semana salen al campo a darlo todo. Nunca llegarán a la selección absoluta, nunca saldrán en los periódicos, y seguramente nunca les reconozcan por la calle (y ellos lo saben), pero no por ello dejan de ser increíbles, por eso se merecen todo mi respeto y admiración. Buscad la grandeza en todo lo que hagáis, salid a darlo todo!